Clasificados

Cuando sonò el despertador y lo manotie para apagarlo, me di cuenta del frìo que hacìa. Prendi la radio y en efecto, el locutor me decìa que era el dìa mas frìo del año.
Me peguè una ducha caliente. Camiseta, camisa, pulover,saco, dos pares de medias y salì para la parada de diarios en busca de los clasificados.
Era jueves, el rubro once los jueves no era muy extenso.
Marqué uno de cartero, otro de aprendiz de soldador y uno de camarero.
El de cartero era al que más fe le tenìa. Ya que en muchos trabajos, màs bien fisicos, te tomaban por orden de llegada.Siempre y cuando te vean bien fisicamente. Rengo, gordo o alguna discapacidad fìsica y estabas descartado.
Era en Esmeralda y Santa Fè. Querìa llegar primero.El anuncio pedia: pelo corto,experiencia, dni, y presentarse de nueve a doce horas.
Sabìa que si ponìa todo de mi, si me esforzaba al mango, podia obtener resultados positivos. Uno en estas instancias esta con la seguridad por el piso.
A las cinco menos diez tome el ciento nuevo y me baje en Viamonte y Esmeralda.A las seis menos cinco estaba en el edificio donde pedian repartidores de ccorrespondecia.
Faltaban tres horas para que comiencen las entrevistas.
El frìo era tremendo, al igual que mis ganas de un cafè con leche en el bar de enfente. Pero claro, era muy peligroso dejar el primer lugar. En cualquier momento llegariàn mis adversarios.
El encargado sin querer, baldeando la vereda mojo mis zapatos y medias. Me pidio disculpas, pero al saber que venìa por un anuncio clasificado, me dijo que me fuera màs atras, que liberase la entrada.
Temblaba de frìo. Mà si, yo me voy a tomar un cafè con leche.
A lo sumo puedo tener cuatro o cinco delante mìo cuando vuelva.
Cafè con leche, tres medialunas de manteca. Me colguè leyendo en la parte de espectàculo un reportaje a Marlon Brando. Me despabilò el caballero de la mesa de al lado: "Joven me prestaria la secciòn de econimìa, por favor"
Era un viejo refinado, muy amanerado. Diria que era de prefesion diplomàtico.Elegantemente vestido.
Mirè para el mostrador buscando el reloj de pared que todo bar posee.
Marcaba las siete y media.
Pedi la adiciòn y volvi al edificio.
¡La puta madre! Los empiezo a contar. LLegan a veinte.
Veinte tipos delante mio. Otra ves el destino me castiga.
Si me hubiese quedado en la fila...¡No! Tenìa que ir al bar.
¡Siempre el bar! que vago de mierda.
Observe a los primeros cinco afortunados. Muy prolijos, habìa dos que hasta se engominaron el pelo.Duros estaban, no miraban a nadie.No les importaba el tamaño que iba tomando la cola.
Los de adelante mio consultaban los clasificados de distintos periòdicos.
Me dio tanta pena ver al compañero que estaba cuatro lugares delante mio.
La zapatilla izquierda la tenìa toda abierta del lado interno, se le veìa la media. Mientras que la derecha deja ver muestras de barro.Dicen que los que elijen personal,miran las suelas de los zapatos, ya que saben que los que estàn con barro vienen de la provincia. Y especulan con que viven en calle de tierra.
Un pelirrojo invita a que vieramos sus clasificados. Tenìa marcado dos. Uno de Data Entry, nadie sabìa muy bien que era es, sabiamos que tenìa que ver con la computaciòn , pero nada màs. Aparte a nadie se le ocurrìa comprar los clasificados del diario La Naciòn.
Se iba creando un buen ambiente en la cola. Nos reìamos, fumabamos. El encargado nos espiaba, miràndonos como si fuese de una raza superior, seguramente con el temor de estar en nuestro lugar.
Habìa desoccupados que llevaban dos meses. Otros dos años.Esos eran los tiempos que corriàn.
Siendo las nueve menos cuarto la cola da la vuelta por Santa Fè.
Algunos trajeron la bicicleta consigo.Podìa ver a uno con traje y corbata impecables. Comentando que habla ingles, que vive en Olivos. Que su idea es una trabajo gana pan, para ahorrar unos dòlares que le faltan para su viaje a Europa. Explicaba que no le convenìa un buen empleo en una multinacional, o en una empresa seria, ya que luego se verìa obligado a renunciar por su viaje. Y eso seria una mancha para su curriculum vitae.
A las nueve y treinta y cinco, nos hicieron pasar a todos los que podiamos entrar en aquel departamento de dos ambientes.
Creo que llegabamos a ser unos veinticinco, treinta desempleados.
Llenamos las planillas.
Un barbudo trajeado,con el mentòn levantado artificialmente y una seriedad impostada, se presentaba como el dueño de la empresa.
"Buen dìa.¡bienvenidos! Mi nombre es Axel Liuguistrown. Y soy el propietario de Cadeexpress"
Empezo a recitar de que se trataba el empleo. Se dividìa en dos.
UNO:Repartidores de correspondencia. DOS: Cadetes especializados (tramites en empresas)
En principio voy a tomar a todos los que estan presentes,luego iremos viendo, dijo Axel.Tomaremos en cuenta la zona geografica de su residencias y priorizaremos a los de capital, completo el barbudo.
Con un ademan de su mano iaquierda,llamo a su alcahuete de turno.
Un muchacho de rulos y bigotes que no se sacaba la campera inflable ni su bufanda enroscada al cuello." Decile a los demas que gracias por venir. Que la semana entrante publicaremos de nuevo. Si lo desean pueden enviar los CV por correo"
Tan mal no se porto el destino conmigo. Que afortunado fui con la interrupcion de aquel amanerado diplomàtico, que me saco del reportaje de Brando. Diez minutos màs y tal vez no hubiese entrado al dos ambientes.
Volverìa a casa y le podrìa decir a mi vieja que consegui laburo.
Que bueno fue levantarme temprano.
Sigue haciendo un frìo terrrible. Y lo seguira haciendo por un largo tiempo.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Visitas

web counter code

Busca en mis historias...

Seguidores

Flujo de lectores